jueves, 9 de septiembre de 2010

Bolas de pelo


Hablar de gatos es hablar de la posibilidad de que, en algún momento de su vida, puedan llegar a padecer los efectos de las bolas de pelo.
Pero, para alegría del felino, y para tranquilidad del propietario, con unos sencillos pasos, este grave problema puede evitarse.

El que tiene un gato seguro que ya ha pasado por el susto de ver al animal intentando expulsar de su interior, vía oral, algo que incomoda de forma importante lo más hondo de sus entrañas. La primera vez que lo vemos suele impactarnos… ¿estará vomitando?, ¿se estará liberando da algún ente maligno mediante un “auto exorcismo”?

Los que llevan poco tiempo con gatos, si han visto la primera película de Shrek, habrán podido disfrutar con una divertida escena en la que el gato (felicitaciones a los dibujantes y guionistas del film, sin duda, conocen a los gatos) aparece intentando expulsar una bola de pelo del interior de su aparato digestivo.

Tras el esfuerzo por expulsar el piloso y compacto material, se pueden dar dos situaciones:

- Que consiga expulsarla… todo queda en un susto que debemos prevenir.
- Que no consiga expulsarla y que a veces incluso tengamos que recurrir a las hábiles manos quirúrgicas del veterinario.

Los felinos tienen una gran capacidad para expulsar, mediante el vómito, los materiales pilosos y de otro tipo, pensemos que estos animales, en libertad, consumían otros animales, animales con pelos, con plumas… “productos” de difícil o imposible digestión y que en muchas ocasiones eran los principales causantes de esos tremendos atascos y sus consecuentes vómitos.

Nuestros felinos domésticos no tienen que expulsar ningún residuo “indigestible” procedentes de la alimentación, ya que los alimentos comerciales no contienen nada que pueda provocar el problema… ¡¡todo lo contrario!! Pero sí esos pelos que ingieren con el atusado diario, sobre todo en época de muda, que en España se extiende desde marzo-abril hasta el verano, debido al calor.

Si seguimos al pie de la letra los siguientes puntos, conseguiremos reducir al máximo este problema tan felino:

1. Minimizar la ingestión de pelo es sencillo, pero “demasiado rutinario” para el propietario. Con un buen cepillado diario arrastramos una gran cantidad de pelo, pelo que jamás entrará en su aparato digestivo… ¿Por qué?... obvio, está en el cepillo.

2. Malta: existen muchas presentaciones de este producto (jarabe, pasta) que, administrado de forma habitual, facilita el tránsito de las bolas de pelo. En ejemplares de pelo corto será suficiente con una o dos dosis semanales y en los de pelo largo entre dos y tres por semana.

3. Hierba gatera: Instintivamente los gatos comen plantas, prefiriendo las de hojas largas y estrechas, como las del césped o las populares “cintas”, aunque puestos a morder no le hacen ascos a nada. La función de este instinto “vegetariano” ha sido muy debatida. Se han propuesto teorías, desde la absorción de vitaminas hasta la eliminación de lombrices intestinales, arrastradas por el “bolo” que forma la fibra de las plantas. Al ingerir las hojas, la parte fibrosa de las mismas ayudará a eliminar los pelos envolviéndolos y arrastrándolos al exterior (mediante el vómito, inducido por la ingesta de plantas, o por las heces)
Si nuestro gato es del tipo “corta césped”, especialista en masticar todas las plantas de interior, podemos suministrarle materia prima en forma de “hierba gatera”, pero no como único método preventivo, sino como uno más, y para complacer su atracción por los vegetales; podemos adquirirla ya preparada en forma de bandejas de tierra con semillas de gramíneas que, tras ser regada durante dos o tres días, aparecerán los apetitosos brotes tiernos, que harán las delicias de nuestros gatos “vegetarianos”.

4. Alimentos específicos: existen alimentos perfectamente equilibrados que, además de aportar todos los nutrientes necesarios, están especializados en ayudar a la eliminación del pelo ingerido, debido a su contenido en fibra y a su especial composición. Utilizando estos alimentos durante el periodo de muda o, durante todo el año, facilitaremos el tránsito de las aglomeraciones de pelo en el aparato digestivo.

Fuente: elgatoencasa.com