domingo, 17 de abril de 2011

Estrés gatuno


Múltiples circunstancias pueden provocar que un gato se estrese y, por tanto, que presente determinados comportamientos anormales como consecuencia de las reacciones que el estrés causa en su cuerpo.

En nuestra sociedad actual, hablar del estrés entre los humanos parece algo normal, cotidiano, “natural”, y la triste realidad es que el estrés es un problema, una evidencia de que algo en nuestro entorno, en nuestro interior, “no funciona” correctamente.

Nuestros felinos nunca se sentirán estresados por llegar tarde al trabajo, por no llegar a fin de mes, por la cercanía de los exámenes… tienen “esa suerte”. Sin embargo tienen otra larga e inmensa lista de situaciones que pueden llegar a conducirles a problemas de estrés y sus claras y evidentes consecuencias.

Un gato que vive en un entorno estable, donde todo “está en su sitio”, sin novedades notables, estará tranquilo, feliz, sin problemas de comportamiento o síntomas de estrés.

Pero si comenzamos a variar entornos, rutinas, entradas y salidas de personas y animales, etc., estamos jugando todas las papeletas del sorteo: nuestro gato tendrá estrés.

Son cientos las consultas de animales que, aún esterilizados, siguen manifestando comportamientos higiénicos inadecuados (orina y/o heces fuera de la bandeja de lecho absorbente). Lo que se desconoce en muchas ocasiones es que, además de las posibles causas patológicas que provoca que el animal relacione la bandeja con dolor y elimine fuera de ella, hay una gran mayoría de casos en los que las causas hay que buscarlas en cambios en el entorno que hayan podido provocar estrés en el gato: la llegada de un bebé, nuevas personas en el hogar, cambios de mobiliario o de domicilio, etc., muchas razones que consiguen que el entorno de seguridad del animal se vea alterado.

Y un gato estresado no sólo se puede detectar por un cambio en sus hábitos higiénicos. Hay otros síntomas que delatan el problema: anorexia, salivación, vómitos, diarrea, temblores, pupilas dilatadas y falta de relación con el entorno (se esconden, se retraen, se aplastan contra el suelo, etc.)

La solución pasa, en primer lugar, por la prevención, intentando evitar estas situaciones estresantes, y después de producidas, por devolver a la normalidad al animal cuanto antes nos sea posible.

Aparte de rehabilitar su mundo de tranquilidad, existen medios que nos ayudan a que el felino “acelere” el proceso de reintegración a la normalidad, olvidando esos malos momentos que el estrés genera.

Uno de los métodos más usados y efectivos es el uso de feromonas; estos productos consiguen generar un entorno de tranquilidad, algo tan necesario para el gato en esta incómoda situación.

Otro excelente medio para retornar al felino a su vida de paz y tranquilidad es el uso de alimentos, si, alimentos, destinados a tal fin. CALM es el nombre de un novedoso alimento de prescripción veterinaria que ayuda a afrontar el estrés y sus indeseables efectos. Sus principios activos naturales (?-casozepina y L-triptófano) carecen de efectos secundarios y tienen propiedades reguladoras del estrés. Para que sea efectivo, CALM debería administrarse diez días antes de cualquier situación de estrés, por lo que debe ser considerado un “arma” en la acción preventiva (un viaje, una reforma de la casa, unas fiestas ruidosas en el barrio o en la ciudad, etc.) y administrarse durante un período de dos o tres meses, con lo que también puede considerarse como un elemento en la acción terapéutica.

Ante lo visto, debemos tener una cosa MUY PRESENTE: cuando el gato elimina su orina y heces fuera de la bandeja, lo que si podemos asegurar es que no lo hace por fastidiarnos, como un acto de humana venganza para hacernos pagar horas de soledad, o cosas similares. El estrés por cambios puede estar detrás y, por supuesto, si le castigamos, aumentaremos su grado de estrés y empeoraremos el problema.

Y si notamos otras alteraciones de conducta y detectamos esos síntomas ya descritos en su cuerpo, debemos plantearnos qué ha cambiado en el entorno que pueda haberlos provocado y acudir al veterinario para que nos ayude a paliar este problema.

Existen soluciones, prevención y tratamiento, y ambos son muy efectivos, tengámoslo en cuenta.

Fuente: elgatoencasa.com