domingo, 6 de marzo de 2011

Los ojos de los gatos


Los ojos del gato, profundos y luminosos, tienen un poder misterioso. La palabra egipcia utilizada para nombrar al gato era "mau", que significa ver.


Hasta hace poco tiempo, se pensaba que los gatos no distinguían los colores, sin embargo, recientemente se ha comprobado mediante experimentos, que si pueden percibirlos, puesto que su retina contiene conos y bastones, como ya ha sido demostrado. Pero lo más importante, es que los ojos del gato están sumamente preparados en otros aspectos. La sensibilidad a la luz de los ojos de los gatos, sobretodo en lo que se refiere a las longitudes de onda corta, es seis veces superior a la del hombre, y por eso se dice que el gato puede ver en la ascuridad. Aún cuando no puede ver en la oscuridad absoluta, posee detrás de su retina un tejido reflectante llamado "tapetum lucidum"que le permite distinguir lo que lo rodea, cuando la luz es tan reducida que impide la visión para el hombre y a otros animales menos dotados en este aspecto que los felinos .Además gracias a su finísimo oído y la sensibilidad táctil de sus vibrisas, puede moverse con total seguridad, incluso en la oscuridad absoluta.

El tapetum lucidum, que logra aumentar entre 30 y 50 veces cualquier rastro de luz, por pequeño que sea, es el que hace brillar en la oscuridad los ojos de los gatos, cuando los alcanza un rayo luminoso. La potencia visual del gato se ve favorecida también, por la gran adaptabilidad de sus pupilas, que son circulares cuando se abren al máximo en la penumbra para recoger la mayor cantidad posible de luz, y se reducen a dos finos hilos verticales a plena luz, cuando se contraen las pupilas. La luz demasiado fuerte, incluso para las pupilas contraídas,puede ser disminuida al cerrar un poco los ojos.

Los gatos también poseen visión binocular, es decir que parte del campo de visión de un ojo, es cubierto por el otro también, habilidad que es necesaria para la visión en tres dimensiones, que requiere todo animal cazador, lo cual le permite juzgar la distancia, profundidad y tamaño de su presa. La visión binocular puede variar según la raza, lo que determina la mejor disposición a la cacería de una raza más que de otra, por ejemplo, los siameses, cuya visión binocular no es tan pronunciada, no son tan buenos cazadores..

A pesar de todas estas habilidades oculares, el gato nace sin poderlas utilizar, ya que sólo abre sus ojos a partir de 7 días de nacido, después de lo cual es cuando comienzan a aprender a interpretar todos los estímulos que entran por los ojos, y no llegan a dominarlos hasta transcurridas unas doce semanas, que es cuando sus ojos adquieren su color definitivo, que puede tener una amplia gama que va del amarillo y anaranjado hasta verdes o azules intensos.

Fuente: mascotamigas.com